Hay un peque que ha sido bautizado hace unos días. Es un angelito con un lado oscuro: le pirran los balones, y se vuelve un poco trasto cuando tiene uno cerca. Es un bribón encantador y con mucha personalidad, por eso le hicimos unos recordatorios personalizados con el atuendo que iba a llevar a su bautizo y le pusimos la pelota en los espejos, para dejar constancia de su mayor diversión.
Este es el resultado:
Esperamos que se lo pasara pipa en su día, ¡seguro que encontró algún balón entre los regalos con el que jugar hasta caer rendido!
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